Además, explican que su trabajo podría dar lugar a un nuevo método para producir y administrar moléculas terapéuticas para una variedad de enfermedades genéticas sistémicas.
Señalan que uno de los desafíos más importantes en el uso de tejidos de piel en la terapia genética ha sido conseguir mantener la expresión sostenida de genes terapéuticos en un alto porcentaje de células.
Dirigidos por Jonathan Vogel, superaron esta dificultad al introducir el gen del péptido natriurético auricular (NPA) - capaz de disminuir la presión arterial- en células madre de queratinocitos y fibroblastos.
Las células cutáneas cultivadas con el gen del NPA sirvieron para crear parches de piel que, injertados en la espalda de ratones alimentados con una dieta alta en sal, redujeron la presión arterial. Según los autores, la técnica podría utilizarse para ayudar a desarrollar terapias específicas para las enfermedades humanas, incluyendo aquellas con un componente genético, como la hipertensión y la fibrosis quística.
PNAS 2010, doi:10.1073/pnas.0908882107
National Cancer Institute
Proceedings of the National Academy of Sciences
Fuente: Herencia Genética y Enfermedad
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